Comprendamos lo que sucede en las aulas para poder mejorar el ambiente educativo para nuestros hijos

Se han logrado muchas cosas en el sistema educativo a beneficio de los alumnos pero ¿es posible que ahora nos estemos yendo al otro extremo y resulte contraproducente a futuro para ellos?

Por: Mosaico Medios

 

En un pasado la educación contenía mucha arbitrariedad implícita, la figura del maestro y sus métodos eran incuestionables y las emociones del niño eran hasta anuladas. Ahora se ha logrado el empoderamiento de los pequeños lo cual es positivo pero hasta cierto punto, pues en un sentido se ha caído en el otro extremo en cuestión de sobreprotección y en cuanto al poder que tiene el niño por encima del adulto. Una cosa es eliminar la violencia (insultos, descalificar en público, golpear) y otra cosa es ya no poder emplear cierta fuerza -como al jugar un deporte de contacto- o incluso alzar la voz para hacerse escuchar, que ya no se le permite al docente. Como parte de la educación de los niños es sano corregir y se vale exigir, sin llegar a los extremos.

Siempre debemos tomar en cuenta que cada persona tiene necesidades distintas y que no todo será placer para los niños, sino que constantemente se enfrentarán al conflicto debido a que forman parte de un grupo humano en el que habrá distintas opiniones y maneras de pensar (como sucede con cualquier agrupación de personas). Precisamente por ello, uno de los objetivos de la escuela es permitirle a los alumnos adquirir las habilidades para adaptarse a un medio social futuro y en ese sentido brindarles herramientas no solo para evitar el conflicto sino para saber afrontarlo y resolverlo, lo cual está ligado al desarrollo de habilidades sociales, un tema fundamental que representa un reto tanto para docentes como para padres de familia ya que no se puede enseñar a partir de un libro de texto y requiere de trabajo constante. 

Otra parte importante a considerar es que el alumno también juega un papel en su educación y debemos ayudarlo a comprender que no es el único que tiene necesidades pues es parte de un grupo. Los maestros y padres de familia debemos analizar: ¿con qué recursos afronta nuestro pequeño el conflicto? El conflicto no necesariamente es pelear, sino se refiere a enfrentar y lidiar con lo que se le presenta ya sean conflictos intelectuales, de habilidades físicas, sociales, entre otros. Un ejemplo puede ser cuando se enfrenta con un conflicto cognitivo al aprender algo nuevo como una multiplicación. 

Comprender los retos a los que se enfrentan los docentes nos ayuda como padres a ser más empáticos e involucrarnos más en el ambiente escolar para dar seguimiento a la labor del docente y brindar a nuestros hijos las herramientas necesarias para que ellos mismos generen un ambiente saludable en sus grupos escolares.