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¿Puedo tomar alcohol si estoy tomando antidepresivos o ansiolíticos?

Los psicofármacos son medicamentos que actúan sobre el Sistema Nervioso Central (SNC), excitándolo o inhibiéndolo. Son el tratamiento farmacológico de elección para los trastornos emocionales. De este modo, cualquier droga (cannabis, alcohol, tabaco, etc.) puede interactuar de forma significativa con ellos, ya que actúa también sobre el SNC.

Antes de tomar un psicofármaco, así como cualquier otro medicamento, siempre se recomienda leer el prospecto acerca de las interacciones, la posología, las contraindicaciones y algunos de los efectos adversos.

El alcohol es un depresor de la actividad del SNC por lo que si además, estamos tomando bajo prescripción facultativa, algún otro depresor (por ejemplo un ansiolítico), el efecto del mismo se verá potenciado, aumentando sus efectos y provocando una alta interferencia en las actividades diarias (por ejemplo, aumento del cansancio, de la somnolencia, etc.). En general se produce un aumento de los efectos sedativos cuando se combina el alcohol con estos fármacos.

¿Por qué está mal mezclar los antidepresivos con el alcohol?

Es mejor evitar la combinación de antidepresivos y alcohol. Puede empeorar los síntomas y, en algunos casos, puede ser peligrosa. Si mezclas antidepresivos y alcohol:

  1. Puedes sentirte más deprimido o ansioso: Tomar alcohol puede contrarrestar los beneficios del medicamento antidepresivo y dificultar el tratamiento de los síntomas. El alcohol puede parecer que mejora el estado de ánimo a corto plazo, pero su efecto general aumenta los síntomas de la depresión y la ansiedad.
  2. Los efectos secundarios pueden empeorar si también tomas otro medicamento: Muchos medicamentos pueden causar problemas si se toman con alcohol, entre ellos, los medicamentos contra la ansiedad, los medicamentos para dormir y los analgésicos. Los efectos secundarios pueden empeorar si bebes alcohol y tomas uno de estos medicamentos junto con un antidepresivo.
  3. Puedes correr riesgo de una reacción peligrosa si tomas inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO): Si se combinan con determinados tipos de alimentos y bebidas alcohólicas, los antidepresivos llamados IMAO pueden causar un aumento súbito peligroso de la presión arterial. Si tomas un IMAO, asegúrate de saber lo que puedes comer y beber sin riesgos, y qué bebidas alcohólicas probablemente te causen una reacción.
  4. Puede haber alteraciones en tu estado de alerta y tus pensamientos: La combinación de antidepresivos y alcohol afectará tu criterio, tu coordinación, tus habilidades motoras y tu tiempo de reacción en mayor grado que si solo tomas alcohol. Algunas combinaciones pueden darte sueño. Esto puede alterar tu capacidad de conducir o de hacer otras tareas que requieran concentración y atención.
  5. Puedes sentirte sedado o somnoliento: Algunos antidepresivos, al igual que el alcohol, causan sedación y somnolencia. Si se toman juntos, el efecto puede intensificarse.

No dejes de tomar un antidepresivo u otro medicamento con el fin de beber alcohol. La mayoría de los antidepresivos requieren tomar una dosis diaria de manera continua para mantener un nivel constante en el organismo y tener los efectos previstos. Interrumpir y recomenzar los medicamentos puede empeorar la depresión.

Aunque en general es mejor que no tomes nada de alcohol si estás deprimido, consulta con tu médico. Si tienes depresión:

  • Puedes correr riesgo de abuso de alcohol: Las personas con depresión corren mayor riesgo de abuso de sustancias y adicción. Si tienes dificultades para controlar el consumo de alcohol, es posible que necesites tratamiento para la dependencia del alcohol antes de que la depresión mejore.
  • Puedes tener dificultades para dormir: Algunas personas con depresión tienen dificultades para dormir. El alcohol puede ayudarte a dormir más rápido, pero también es más probable que te despiertes más veces en el medio de la noche.

Si te preocupa tu consumo de alcohol, puedes beneficiarte con programas de tratamiento y asesoramiento psicológico por abuso de sustancias que ayudan a superar el uso indebido del alcohol. Puede ser útil que te unas a un grupo de apoyo o un programa de 12 pasos, como Alcohólicos Anónimos.

Si tu riesgo de adicción al alcohol es bajo, tal vez puedas tomar una bebida alcohólica de forma ocasional, según tu situación particular, pero consúltalo con tu médico.

Además, cuéntale al médico si tienes otras afecciones y si tomas algún otro medicamento, como suplementos o medicamentos de venta libre. Es importante que mantengas informado al médico debido a lo siguiente:

  • Algunos medicamentos líquidos, como los jarabes para la tos, pueden contener alcohol.
  • Con la edad, el cuerpo procesa los medicamentos de forma distinta, y es posible que sea necesario ajustar los niveles de los medicamentos en el organismo.
  • Incorporar un medicamento nuevo puede modificar el nivel de otro medicamento en el cuerpo y la manera en la que reacciona al alcohol.

¿Se puede tomar alcohol si tomas ansiolíticos?

El uso del alcohol mientras se están tomando ansiolíticos está completamente desaconsejado debido al efecto sumatorio de ambas sustancias que acaban produciendo un mayor impacto de intoxicación en el cerebro. Por lo que las personas que consumen alcohol a la par que toman ansiolíticos presentan un mayor riesgo de accidentes, caídas, alteraciones del comportamiento, lesiones, conflictos interpersonales, e incluso intoxicación o sobredosis.

El alcohol y los tranquilizantes se auto complementan y se potencian mutuamente multiplicándose sus efectos, por lo que una cerveza tras tomarse un Loracepam, va a causar un efecto en el organismo como si nos hubiéramos tomado dos cervezas y dos Loracepanes. Por lo tanto, al mezclar las sustancias estamos multiplicando la dosis y proporción a nuestro organismo. Esto puede llevar a una sobredosis que, por la suma de sus efectos, pueden producir un gran enlentecimiento de todas las funciones del cuerpo, e incluso en los casos más graves, un paro cardíaco.

Otro de los problemas que conlleva el tomar ansiolíticos es la elevada tolerancia que presentan estos fármacos, lo que hace que al cabo del tiempo, la misma dosis deje de ser suficiente y sea necesario aumentarla para notar los mismos efectos que al principio de tomar el fármaco. Además, al dejar de tomar el ansiolítico, puede experimentarse un efecto rebote, con una ansiedad aún mayor que la inicial antes de tomar el fármaco.

En resumen, si estás bajo tratamiento farmacológico con ansiolíticos, es recomendable que no consumas alcohol debido a todos los riesgos asociados a esta combinación. Además, se sugiere potenciar o iniciar un tratamiento psicológico de forma paralela para aprender a manejar los síntomas ansiosos.

Recuerda siempre consultar con tu médico o profesional de la salud antes de tomar cualquier decisión relacionada con el consumo de alcohol o la interacción con medicamentos. La salud es lo más importante, y es fundamental tomar decisiones informadas y seguras.

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