Es una realidad que tenemos la violencia tan introyectada en nuestra estructura mental que muchas veces no sabemos identificarla ni tenemos en cuenta todas las formas en las que puede existir, pero puede estar presente en nuestras acciones y palabras cotidianas. Revisemos los distintos tipos de violencia para saberla reconocer.
Por: Mosaico Medios
La violencia es estructural, está tan introyectada en nuestras mentes que muchas veces la reproducimos sin darnos cuenta. Debemos trabajar en identificar y reconocer nuestros propios estereotipos de rol para poder combatirla. Inclusive usamos frases que guardan ideas erróneas como: “los trapos sucios se lavan en casa” la cual fomenta el silencio de una persona violentada. Existen distintos tipos de violencia, no solamente es física, y generalmente ocurren varios tipos de violencia al mismo tiempo.
La forma más frecuente de violencia contra la mujer es psicológica, la cual se caracteriza por generar miedo en la persona y a partir del miedo la persona hace o deja de hacer cosas. Se da por medio de amenazas, insultos o aislamiento social, entre otros. Mientras más control haya, hay más miedo y mayor es el impacto en la salud mental, pues aunque creamos que con el tiempo las cosas van a mejorar, no sucederá así.
La violencia física es en la que hay un daño corporal: golpes, cachetadas, patadas, intentos de asfixia, de ahorcamiento, lesiones con armas, quemaduras, etc. A veces, aunque sea un “intento” o “no haya sido tan fuerte” y estemos habituadas a recibir este tipo de trato, no deja de ser violencia y merece darle la importancia que tiene.
La violencia sexual implica el uso de la fuerza física, coerción o intimidación para cualquier actividad o contacto sexual sin el consentimiento de la otra persona. Incluye comentarios o insinuaciones sexuales no deseados. Los abusos sexuales generalmente son coercionados (“si dices algo te voy a hacer esto otro”) y depende del tipo de relación que tiene la víctima con el agresor.
Otro tipo de violencia es la económica, cuando hay control de los recursos y restricción del acceso a los mismos. Por ejemplo: tener que darle el dinero que ganas como mujer al hombre para que él lo administre (porque la idea social es que él administra mejor) o heredar al esposo o sólo a los hijos varones en vez de a las hijas.
En el ámbito laboral hay dos tipos de violencia: el hostigamiento, cuando hay una relación de poder (comentarios, insinuaciones o favores sexuales) y el acoso cuando se ejerce por pares (por parte de un compañero de puesto similar al mio).