La detección temprana de autismo en los niños es muy importante para el éxito en el tratamiento y la prevención de problemas relacionados. En esta guía explicaremos qué son los signos y síntomas del autismo y cómo identificarlos, además de describir las herramientas utilizadas para diagnosticar al niño con este trastorno. ¡Aprenda aquí cómo ayudar a su hijo a obtener el mejor tratamiento!
Definición y clasificación del autismo
El autismo es un trastorno del desarrollo caracterizado por dificultades en la comunicación y en las interacciones sociales, así como por comportamientos repetitivos e intereses restringidos. Los niños con autismo pueden tener dificultades para expresar sus necesidades y pueden estar aislados de su entorno.
El autismo se considera un trastorno del espectro del autismo (TEA), lo que significa que existen una variedad de síntomas y niveles de severity.1 El diagnóstico de autismo se basa en la evaluación de tres áreas principales: el funcionamiento social, el lenguaje y la conducta repetitiva.2
Existen varios tipos de clasificaciones para el autismo, pero en general, los expertos concuerdan en que el TEA se puede dividir en cuatro categorías principales:
Asperger: los niños con Asperger tienen dificultades para interactuar socialmente, pero no presentan retrasos en el habla o el lenguaje.
Síndrome de Rett: los niños con Síndrome de Rett presentan un retraso en el desarrollo neurológico asociado con movimientos o comportamientos repetitivos.
Autismo Atípico: este tipo incluye síntomas leves a moderados del TEA.
Autismo Severo: los niños con autismo severo tienen síntomas más marcados que pueden incluir retrasos importantes en el habla y las áreas del desarrollo social.
Principales síntomas de autismo en los niños
El autismo es un trastorno del desarrollo neurológico que se caracteriza por alteraciones en la comunicación y el comportamiento social. A menudo se diagnostica en niños de 3 a 5 años, y los síntomas pueden ser leves o graves. Si sospecha que su hijo puede tener autismo, consulte a un médico para realizar una evaluación.
Principales síntomas de autismo en los niños:
• Ausencia o retraso en el habla
• Pobre comunicación verbal y noverbal
• Baja interactividad social
• Comportamientos repetitivos e intereses limitados
• Dificultades para ajustarse al cambio
• Dificultades para comprender los conceptos verbales complejos
• Preferencia por estar solo
¿Cómo identificar los signos tempranos del autismo?
Los primeros signos del autismo pueden ser evidentes a los 18 meses de edad, pero muchas veces no se diagnostica hasta después de los 3 años. Aunque cada niño es único, hay ciertos signos que pueden indicar el autismo en un niño. Si usted sospecha que su hijo padece autismo, consulte a un médico para obtener un diagnóstico formal. Mientras tanto, aquí hay algunas señales a tener en cuenta:
• Lenguaje: los niños con autismo pueden no hablar o tener dificultades para comunicarse. Pueden dejar de decir palabras que solían usar, rehusar el contacto visual al hablar, tener una voz monótona o hablar en un tono extraño.
• Interacciones sociales: los niños con Autismo pueden evitar el contacto visual, el abrazo o el contacto físico. Pueden no querer compartir sus juegos o actividades con otros niños y también se les puede ver desinteresado por las relaciones sociales.
• Comportamiento repetitivo: los niños con autismo a menudo participan en conductas repetitivas como balancearse, jugar con sus manos, mover los dedos repetidamente etc. Pueden tener dificultad para hacer cambios en su rutina diaria y preferir hacer las cosas de la misma manera.
• Respuestas sensoriales anormales: los niños con autismo pueden mostrar respuesta exagerada o desproporcionado a estímulos como ruidos o luces brillantes. Pueden también rechazar el contacto físico y mostrar una preferencia por alimentos específicos.
• Atención disminuida: Los niños con autismo generalmente muestran una atención reducida cuando se les habla, no siguen órdenes verbales sencillas, tienen dificultad para concentrarse en actividades prolongadas y carecen de memoria a corto plazo.
Diagnóstico profesional para confirmar la presencia de autismo
El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por la presencia de dificultades en la comunicación y en las interacciones sociales, así como por comportamientos repetitivos y limitados. Los expertos consideran que el autismo se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales, y que se presenta en el primer año de vida.
Aunque cada niño con autismo es único, hay ciertos signos que pueden indicar la presencia del trastorno. Si sospecha que su hijo podría tener autismo, lo más importante es hablar con el pediatra o si es posible tener una consulta con un paidopsiquiatra. El diagnóstico temprano es crucial para el éxito del tratamiento.
Los profesionales de la salud utilizan una evaluación llamada “Prueba ADOS” (Autism Diagnostic Observation Schedule) para diagnosticar el autismo. Se trata de una serie de pruebas estandarizadas que permiten al profesional observar las habilidades sociales, la comunicación y los comportamientos del niño. Estas pruebas se acompañan de un cuestionario para padres o familiares que ayuda a los profesionales a preparar un diagnóstico exacto.
Además, las evaluaciones psicológicas y cognitivas son esenciales para confirmar el diagnóstico, ya que ayudan a determinar si sus síntomas se asocian con el autismo o si hay otras condiciones presentes. Los profesionales también realizan una evaluación psiquiátrica para descartar otros trastornos coexistentes como la ansiedad, la depresión y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Estos pasos permiten establecer un plan de tratamiento adecuado en caso de que se confirme el diagnóstico de autismo.
Tratamientos
Los tratamientos para el autismo están dirigidos a mejorar los déficit del autismo y las habilidades relacionadas. Los tratamientos también pueden prevenir o minimizar problemas secundarios que puedan ser causados por el autismo.
Existen varios tipos de tratamientos disponibles para el autismo, pero ninguno es una cura. Algunos niños con autismo pueden beneficiarse de un solo tipo de tratamiento, mientras que otros necesitan una combinación de varios. Es importante seleccionar los tratamientos basándose en las necesidades individuales del niño y la familia, así como en la investigación sobre eficacia.
Los principales tipos de tratamientos utilizados para el autismo son:
-Terapia ocupacional: Esta terapia se centra en mejorar las habilidades relacionadas con la vida diaria, como vestirse, lavarse, comer y jugar. También puede ayudar a mejorar las habil idades de comunicación social, las habilidades motoras finas y gruesas y la capacidad para lidiar con el estrés.
-Terapia del lenguaje: Esta terapia de lenguaje ayuda a mejorar el lenguaje y la comunicación verbal o no verbal. Incluye trabajar con habilidades tales como pronunciación, entender estructuras complejas en libertad, hablar sin balbucear y comprender lo que se le dice. Esta terapia también puede incluir trabajo con los signos o imágenes para la comunicación.
-Terapia del comportamiento aplicado (ABA): Esta terapia se basa en el análisis del comportamiento para que un niño aprenda nuevos comportamientos que reemplacen aquellos con los cuales hay dificultad. Por ejemplo, si un niño tiene un comportamiento autolesivo, el ABA ayuda a enseñarle cómo reemplazar estos comportamientos por otros más positivos.
-Intervención conductual: Esta intervención se centra en mejorar el comportamiento agresivo, la imprudencia y las conductas inaceptables. Se usa tanto para modificar conductas no deseadas como para enseñar nuevos comportamientos deseados.
-Terapia cognitivo-conductual: Esta terapia enfatiza la identificación de patrones de pensamiento disfuncionales y aprendizaje de nuevas habilidades para manejarlas de forma más eficiente. La idea general es que los pensamientos negativos pueden resultar en emociones negativas o respuestas comportamentales poco saludables.
Si sospecha que su hijo podría tener autismo, lo más importante es hablar con el pediatra o si es posible tener una consulta con un paidopsiquiatra. El diagnóstico temprano es crucial para el éxito del tratamiento.
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